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DO Campo de Borja costea la restauración de una pintura gótica

05/15/2018

El Consejo Regulador de la Denominación de Origen vitivinícola Campo de Borja, con motivo de la celebración de la XIV Muestra de Garnachas, por tercer año consecutivo en el Museo de Zaragoza, ha querido contribuir con la restauración de una obra de su colección.

La obra escogida por los técnicos del museo ha sido la pintura gótica sobre tabla Jesús camino el Calvario 1483-1487, debida a los pinceles de los pintores Martín Bernat y Miguel Jiménez. Perteneció al retablo de Blesa, del cual se conservan varias piezas en el Museo de Zaragoza.
En esta edición se han programado también un ciclo de conferencias sobre el vino en la historia, el arte y la sociedad que se está ya celebrando en el salón de actos el Museo de Zaragoza.

Así, se consolida una línea de colaboración entre la DO. Campo de Borja y el Museo de Zaragoza que queda muy agradecido por la contribución de los vinos del Campo de Borja a la cultura aragonesa.

La obra en cuestión estará expuesta al público de manera monográfica durante tres meses hasta que se cuelgue definitivamente en la correspondiente sala dedicada a la pintura medieval aragonesa.
TEMA:
Jesús camino del calvario.
TÉCNICA: temple sobre madera
DIMENSIONES: s/m :173×93 cm. c/m: 195×115,5×13,05 cm.
AUTOR: MARTÍN BERNAT (doc. 1450-1505) y MIGUEL JIMÉNEZ (c. 1462-1505)
ATRIBUCIÓN CRONOLÓGICA:
1483-1487. La tabla de Jesús camino del calvario pertenece al retablo de la Santa Cruz de la parroquial de Blesa (Teruel).

En esta iglesia dedicada a la invención y exaltación de la Santa Cruz, se alzó un edificio barroco que vino a sustituir a la fábrica gótica del siglo XV. De esta última construcción se conservan los restos de un retablo en estilo gótico hispano-flamenco que ocupaba el frente de su capilla mayor y que en las obras del siglo XVIII fue desmontado, para ser reemplazado por otro, pasando el retablo a formar parte de la colección del museo de Zaragoza desde el año 1922. El antiguo retablo mayor de la iglesia parroquial de Blesa, fue contratado por los habitantes de esta villa turolense a los pintores residentes en Zaragoza, Miguel Jiménez (1462- 1505) y Martín Bernat (1450-1505), el 9 de noviembre de 1481.
Las tablas que lo componen narran la Historia de la Invención y Exaltación de la Santa Cruz, en concordancia con la advocación del templo para el que sería ejecutado, encontrando como tema central el hallazgo de la Cruz de Cristo, conmemoración que la iglesia celebra el día 3 de mayo. Junto a ellas se realizaron otras escenas dedicadas a la pasión y muerte de Cristo y el Juicio Final.
Para cerrar el ciclo iconográfico el conjunto se completaba en el banco del retablo con la Anunciación y un apostolado, y algunos ángeles con los instrumentos de la pasión de Cristo. El retablo estaría formado por un cuerpo de tres calles, de tres pisos cada una, destacando la calle central en altura como coronamiento, banco, sotabanco y guardapolvo. El sotabanco estaba presidido por los profetas Mayores y Menores, de los cuales tan solo se conserva una tabla con Malaquías, Daniel y Ezequiel.
El banco se compone de un apostolado con sus personajes distribuidos en parejas y en el centro se representaría la Anunciación que quedaría separada por un pequeño tabernáculo. En la calle lateral izquierda se situarían las escenas dedicadas a la Pasión de Cristo: Jesús ante Caifás, Jesús Camino del Calvario, y Descendimiento de la Cruz. La calle central acogería la Adoración de la Santa Cruz sobre la que estaría el Juicio Final y coronando el Calvario La calle lateral izquierda se dedicaría a las escenas que narran la Leyenda de la Vera Cruz por Santa Elena, madre del emperador Constantino; Santa Elena reunida con los judíos de Jerusalén, Confesión del judío Judas a Santa Elena y Santa Elena con el emperador Heraclio. A ambos lados entre-calles estaban dos ángeles con las armas de la Pasión. Las tablas que componen el retablo están ejecutadas al temple, predominando los tonos calientes (oro en el fondo, mantos, nimbos y mandorlas de las figuras, rojos brillantes y acertados verdes). Tiene sobre todo un exuberante sabor aragonés, por encima de las influencias existentes de la escuela de Flandes o de Italia.

Algunas escenas representadas repiten formulas de maestros como Schongauer, advirtiéndose también claras influencias de pintores flamencos cuatrocentistas tales como Juan van Eyck y Roger van der Weyden junto a modelos más cercanos como Bartolomé Bermejo. La temática de Jesús camino el calvario, está basada en el evangelio de San Juan (19,16-17) y representa el pasaje de la Pasión de Cristo, en el que vestido con una túnica blanca con adornos dorados, camina doblegado portando el peso de la Cruz camino del Gólgota donde será crucificado. A su izquierda la Virgen acompañada de María Magdalena, San Juan evangelista y una de las santas mujeres, que con rostros tristes y compungidos observan la dramática escena. En el otro lado un soldado golpea a Cristo con una lanza, tras ellos un cortejo compuesto por personajes religiosos y civiles que lo acompañan hasta el cruel destino. El paisaje lo componen edificios que pertenecen a la ciudad amurallada de Jerusalén, en la que se puede ver un río sobre el que se advierte un puente por el que pasea un soldado. La composición de la escena marca una diagonal en la que se superponen los personajes representados, el rico cromatismo y la profusión de dorados acentuado por el dramatismo de sus rostros conforman un bello conjunto.

Martín Bernat y Miguel Jiménez fueron pintores de retablos establecidos en Zaragoza cuyo estilo pertenecía a la corriente naturalista de origen flamenco en tierras de Aragón durante la segunda mitad del siglo XV. Estado de conservación El soporte de la obra es de madera de pino, dividido en tres tablas en sentido vertical. Mantiene el refuerzo de tres travesaños horizontales y falta el superior, por lo tanto en origen la obra constaría de cuatro. Toda la superficie está cubierta de fibra vegetal (estopa), para reforzar las uniones. La madera mantiene buen estado de conservación, sin advertir un alabeamiento pronunciado de las diferentes partes. Se observa ataque de xilófagos actualmente inactivo y depósito de suciedad superficial por el reverso. En el ángulo superior derecho hay una falta de soporte rectangular, de aproximadamente 10 x 15.8 cm., y se ha colocado una pieza de madera reintegrada con una tinta plana marrón. Por el anverso, las capas de preparación y policromía presentan una buena adhesión al soporte, con algún levantamiento en las zonas de unión de las tablas.

En superficie, hay numerosas zonas reintegradas, muy visibles principalmente en el tercio inferior. Los azules están perdidos y cubiertos como, por ejemplo, en el manto de la Virgen. Este es un hecho que se observa en todas las obras pertenecientes al retablo. Además hay numerosas manchas puntuales y pérdidas visibles en el fondo de oro de la parte superior. El estrato superficial de barniz se encuentra oxidado, oscureciendo en general la policromía original de la obra.

Lleva un marco de madera posterior, igual en todo el retablo que hay que mantener. Tratamiento de restauración El tratamiento realizado es el mismo que se ha llevado a cabo en las otras tablas que forman parte del Retablo de la Santa Cruz y ha tenido como objetivo estabilizar cada uno de los elementos que la componen eliminando antiguas intervenciones que distorsionaban el aspecto o la integridad de la obra, para recuperar una lectura de la misma lo más próxima al original.

Soporte
– Limpieza mecánica del reverso
– Adhesión de los fragmentos de estopa desprendidos utilizando una cola orgánica.
– Desinsectación preventiva de la madera. Capa pictórica
– Fijación de la preparación y la película pictórica donde corría peligro de desprendimiento con un adhesivo orgánico.
– Limpieza fisicoquímica de la capa pictórica.
– Estucado de las faltas de policromía y del injerto de madera localizado en la esquina superior derecha y nivelado con la película pictórica original.
– Reintegración cromática de las lagunas pictóricas con tratteggio utilizando acuarelas y pigmentos naturales aglutinados con barniz. En la zona del injerto se realizó una pulverización utilizando los mismos materiales.
– Protección final de la película pictórica mediante la aplicación con brocha de una capa de barniz de resina sintética. La restauración de la obra ha sido realizada por Pilar Camón Urgel y Elena Naval Castro

Texto de la ficha: Isidro Aguilera, director del Museo. 

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