Este jueves se ha presentado en Madrid la nueva campaña de la Denominación de Origen de Campo de Borja sobre la variedad de uva garnacha, un patrimonio aragonés “que es nuestro”, que cuenta con una historia fascinante y que nada tiene que envidiar a otras propuestas internacionales
Madrid, 18 de diciembre. La presentación ha tenido lugar en el auditorio de Talent Garden y ha servido para presentar el spot publicitario de la campaña que se lanzará en varios medios, tanto regionales como nacionales, en redes sociales y en eventos experienciales en los que el tinto será el verdadero protagonista.
La encargada de inaugurar el encuentro ha sido Victoria Martínez, Directora de Producción y Operaciones en Factoría Plural de Henneo, que ha introducido a los asistentes en “el origen de la garnacha”, una historia que está viva y que se escucha y se ve y que esperan plasmar a la perfección en este plan de comunicación.
De la escasa valoración a la proyección internacional
A continuación, el presidente de la Denominación de Origen Campo de Borja, Eduardo Ibáñez, ha tomado la palabra para reivindicar “pequeñas denominaciones” como la suya y ha aprovechado recordar el camino que les ha traído hasta aquí a día de hoy.
Y es que, como ha explicado, la garnacha era “una variedad poco valorada en los años 90 y con la que costaba mucho hacer el vino” y que hoy se sitúa entre los mejores tintos del panorama internacional.
Además, como viticultor, ha instado a todos a “seguir trabajando para poder seguir en el territorio” y para hacer que a la garnacha se la conozca en “todos los lugares del mundo”.
A estos deseos les ha seguido la reproducción del spot publicitario que sitúa a Campo de Borja como el origen de la garnacha y que celebra que es gracias a sus bodegas y al trabajo a fondo de años y años que otras denominaciones pueden usar esta variedad para hacer excelentes caldos.
“Somos los de siempre, somos de campo y de copa, de tierra y de garnacha”, declara el anuncio de la campaña, tras la que se encuentra el creativo Pablo Calahorra.
Una uva que se remonta a más de 1.000 años de antigüedad
También ha tenido el turno de palabra José Ignacio Gracia, secretario general del Consejo Regulador de la Denominación de Origen de Campo de Borja, que ha guiado a los asistentes por la historia de esta variedad hasta nuestros días.
Para ello, este experto se ha trasladado a alrededor del año 6.000 a.C. cuando empieza la domesticación de la vid silvestre en poblaciones locales de lo que hoy sería Georgia, Armenia, Irán… En el caso de Campo de Borja, “también tenemos un dato histórico muy relevante” como es el hallazgo de las excavaciones arqueológicas en el paraje de Moncín, donde el Doctor en Arqueología Isidro Aguilera encontró 13 pepitas de uva “datadas en 2.550 años a.C., es decir, hace 42 siglos”.
La domesticación de estas variedades ha llegado desde entonces y hasta nuestros tiempos, gracias, en parte, a las órdenes monásticas que las conservaron, -destacando la benedictina y la cisterciense-, que se convirtieron en “verdaderas empresas agrícolas” en las que el vino era un elemento principal debido a la Eucaristía.
El monasterio de Veruela, fundado en el año 1145, es uno de los enclaves más bellos y mejor conservados del territorio aragonés, y parece tener un papel central precisamente en este sentido. Aunque probablemente ya existiera por toda la región aragonesa “una importante colección de distintas cepas que podrían ser el origen de la garnacha, nosotros creemos que posiblemente esa cultura importantísima se desarrolló en Veruela como centro espiritual y también como escuela de viticultura en la Edad Media”.
Con la Corona de Aragón, esta variedad se expande por otros condados, como puedan ser el de Barcelona, por Valencia, por el sur de Francia… y llega hasta las islas como Mallorca y Cerdeña. “Se ha extendido al mundo y actualmente es la 5ª variedad más importante a nivel mundial”, después de 4 variantes francesas: “para nosotros es un valor entrañable”.
“Nuestra tierra es el origen de esta fantástica variedad y nos encanta decir que cuando llega al final de su ciclo y termina la vendimia, la garnacha se viste con los colores de la tierra de Aragón”, ha concluido.
Una cata muy especial
Además de este paseo por la historia, José Ignacio Gracia ha descrito con concienzudo detalle cada uno de los vinos que han formado parte de la cata.
El primero de los caldos ha sido uno de Bodegas Román, una pequeña bodega familiar y clásica de Campo de Borja. El elegido se llama Ilusión (“la misma que nos transmite el estar aquí en Madrid”, ha bromeado”) y cuenta con una “complejidad sensorial muy interesante” y que juega con aromas finos de fruta roja muy madura, gracias a un método de vinificación muy tradicional, “en bodega antigua y depósito de hormigón”.
El segundo vino que se ha podido probar ha sido el Palmeri Navalta, de una bodega del municipio de Tabuenca, que se encuentra en una de las zonas más altas de Campo de Borja. Además de la altura de sus viñedos, esta variedad presenta como singularidad que es “de ciclo largo, pues madura muy lentamente”, como ha explicado Gracia.
Este tinto cuenta con un perfil aromático no tan frutal, con un carácter especiado y un gusto fino, sutil y muy largo. Además, como ha señalado Gracia, “obtuvo el premio al Mejor Vino Ecológico del Mundo”, frente a otras 9.000 referencias, “una buena muestra del patrimonio español que triunfa en el mundo”.
Para terminar, los asistentes han podido experimentar un caldo elaborado por Bodegas Alto Moncayo, una firma que nació en 2002 y que emplea garnachas viejas, por encima de los 40 años. “Les interesa prolongar especialmente la madurez fenólica y dejar durante varias semanas la fruta madura de la cepa” para deshidratarla y concentrar aún más su esencia.
“Ese perfil de fruta con esas características de viñedo nos proporciona un aroma muy interesante y muy complejo”, ha desarrollado Gracia. “Por un lado una fruta quizás ya más negra que roja y, lo más interesante de este vino, con un toque herbal balsámico”, ha concluido. Este último vino, además, ha obtenido la “famosa calificación mundial de los 100 puntos Parker en sus añadas 2007 y 2009”.
Para terminar el acto, Gracia ha pedido hacer un brindis con estos magníficos tintos y ha celebrado una feliz Navidad a los asistentes.
Imágenes realizadas: Enrique Cidoncha.



